En mayor o menor grado y desde que tengo conocimiento de ellos, la mayoría de los juegos online han querido transmitir una gran sensación de realidad. Visualmente limitada por la tecnología (sobre todo por la capacidad gráfica) y potenciada por la simulación aspectos concernientes a la vida real como la vida y la muerte, alimentarse, enfermar y sanar, y leyes físicas reales como gravedad, la velocidad y aceleración. Es lo que yo considero virtualización, y nos ayuda hacer mas creíble un mundo, que si bien comparte los principios básicos de la realidad y algunas de sus reglas, nos entusiasma con la forma en la que las transgrede: seres mitológicos, hechizos y habilidades soñadas por el hombre desde el principio de los tiempos, volar… y que nos ofrece también conceptos tan mundanos como dormir, cocinar, pescar o desarrollar un oficio con sus respectivos utensilios. La virtualización de lo real sirve fundamentalmente como plataforma para hacer más creíble lo irreal.

Y es aquí, en lo referente a la virtualización, donde los objetos y estructuras tienen un valor fundamental. Un caballo para largos desplazamientos, una forja para el herrero, comida para alimentarse, vendas para sanar, una puerta para acceder a una estancia y una llave para abrir determinadas puertas, sí, una llave. Un minúsculo objeto cuya virtualización nos proporciona, además de su posesión, conceptos como abierto, cerrado, permitido o restringido entre otros.

Ahora comunican en los foros oficiales de World of Warcraft que eliminan nuestro preciado llavero y con él, el concepto de poseer una llave para abrir una mazmorra. A eso lo llamo yo desvirtualización de lo virtualizado. Primero virtualizamos un objeto para ser usado en un mundo virtual y después nos cargamos el objeto y su función. No pretendo ser reaccionario, los juegos deben evolucionar, pero este tipo de involuciones evoluciones sientan un peligroso precedente… si seguimos desvirtualizando ¿Qué nos queda?

Alguno se preguntará… ¿Por qué dar tanta importancia a una llave? Porque una llave es algo más que un mero objeto, es una recompensa por el esfuerzo realizado en la consecución de una determinada cadena de misiones, otorgando a su propietario una ventaja en el juego y una distinción como lo son los actuales títulos y logros de World of Warcraft. Nos nos engañemos, el motivo de la desaparición del llavero no permitirá «nuevas y fascinantes características». Es sólo una tabula rasa que facilitará a cualquier nuevo jugador ser un igual en el juego en el menor tiempo posible. Lo veo comprensible con el nivel de dificultad y el equipamiento, pero este tipo de cambios borran el rastro de algunas proezas conseguidas en el pasado, proezas de las que uno se siente orgulloso y algo distinguido en un mundo virtual donde sentirse diferenciado sí es una verdadera proeza de fuerza.

La pérdida del Llavero no cambia drásticamente la experiencia de juego pero sí la percepción que tengo de él, y no me gusta.